ÉSTOS SON TUS SIGUIENTES PASOS

Léelos atentamente y descubre mis recomendaciones

Te importa mucho lo que los demás piensen de ti

Hay muchas personas que dependen de los demás para sentirse bien, no eres el/a único/a.
Que, si no se consideran “vistas”, se sienten pequeñas, insignificantes, poca cosa…
Y con “vistas” me refiero a que el otro te valide de alguna forma, ya sea con sus palabras, con gestos de aprecio o, simplemente, no ignorándote.
Personas que se sienten bien hasta que alguien no las mira, hasta que alguien no les pregunta qué tal, hasta que alguien no se interesa por ellas…
Es como si no existieran hasta que otro no las ve.
¿Qué pasa cuando alguien no te dice lo que tú quieres escuchar? Te enfadas, te amargas el día.
¿Qué pasa cuando ves alguien que está enfadado? Crees que es culpa tuya que has hecho algo mal. “Seguro que piensa que soy tonta/o, que soy débil que no tengo personalidad”.
Personas que se pasan el día pensando en lo que tendrían que decir para quedar bien y en lo que tendrían que hacer para gustar al otro.
“No debería hacer esto, no debería decir aquello, al final voy a quedar mal…”
Yo también fui un poco así, y recuerdo aquella sensación de que todo giraba en torno a mí, de que todo era por mi, de que lo que hacían y decían los demás siempre tenía que ver conmigo… Y siempre, por supuesto, para mal.
Las personas que necesitan sentirse vistas también son personas que se callan por miedo a decir algo que no guste.
Como puedes ver, las personas que viven para agradar a los demás suelen hacer lo que los demás esperan de ellas, y no lo que les apetece o les gustaría.
En parte, por ese miedo a que te dejen de querer, que en realidad es señal de que tú no te quieres y no te valoras lo suficiente.
También porque a muchos, de pequeños nos dijeron que teníamos que agradar a los demás sí o sí, pase lo que pase.
Que era súper importante lo que los demás pensaran de nosotros y que había que dar una buena imagen.
Por ejemplo, “no grites que te van a escuchar los vecinos”.
Ahora te digo yo grita fuerte y que te escuche el mundo entero tu verdad.
Enfócate en ti.

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Quiérete, mejora tu autoestima

Estás obsesionado/a con tu apariencia física

Todos tenemos algo que no nos gusta de nuestro cuerpo.
¿Unos kilos de más, acné, la necesidad de llevar gafas, una dentadura imperfecta?
No sentirnos felices con algún aspecto de nuestro cuerpo es más normal hoy en día que nunca. Y es que el uso de redes sociales como Instagram o Facebook provoca la comparación con otras personas que parecen carecer absolutamente de defectos viviendo vidas que parecen perfectas. No se trata de aparentarlo se trata de serlo de verdad sin la necesidad de demostrar nada a nadie. Si somos sinceros, todos tenemos algo que nos gustaría mejorar como puede ser perder algo de peso o mejorar nuestra piel. Tener objetivos físicos que mejorar se traduce en algo positivo al acercarnos más a nuestra alimentación, ejercicio y buenos hábitos.
El problema viene cuando estos pequeños defectos nos hacen caer en la obsesión por eliminar imperfecciones.
¿De que te sirve tener un cuerpo perfecto para lucir en la playa y por dentro estar lleno de anabolizantes?
Personas que tienen problema de vista que se niegan a llevar gafas, perjudicando así su salud general y la de sus ojos.
Otro ejemplo de cómo podemos llegar a perjudicar seriamente nuestra salud al obsesionarnos con un defecto es por ejemplo a la hora de perder peso. Es común encontrar personas que primero fueron obesas y después padecieron anorexia.
O personas que quieren lucir muy bronceadas y terminan con severas quemaduras en la piel.
Mujeres con problema en los pies y articulaciones, y se pasan el día en tacones con zapatos que les destrozan los pies.
Sé sincero/a si pasas demasiadas horas al día pensando en tus imperfecciones.
Te conviene hacer un stop y plantearte: ¿Esta obsesión está afectando a tu salud?

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El Éxito es Sexy

Eres ultra perfeccionista

Si eres de los que tiene que tener todo perfecto para entregar un trabajo, o nunca ves que estas lo suficientemente preparado, eres de los que está siempre buscando y estudiando. Por más cursos, libros, talleres y horas de trabajo sigues sin estar con una buena autoestima.
Ser perfeccionista podría parecer que nos va a ayudar a conseguir más cosas y a ser más exitosos, pero el exceso de perfeccionismo puede provocar consecuencias negativas, por ejemplo: vivir más tensos, estar más angustiados, no disfrutar de los logros e, incluso un sentimiento de fracaso pese a hacer bien las cosas.
Las causas que pueden provocar el desarrollo de una personalidad perfeccionista son las siguientes:

  • Crecer en un ambiente en el que se reciben elogios constantemente, ya que puede provocar una presión extra por mantener ese estándar. Recibir elogios no es malo, el problema surge cuando la autoestima depende solamente de factores externos, como, por ejemplo, los elogios constantes.
  • Ser humillado constantemente durante la infancia puede provocar que se intente conseguir un grado de perfección como manera de ser aceptado socialmente.
  • Los padres autoritarios que exigen mucho a sus hijos, también pueden provocar una personalidad perfeccionista en sus descendientes.
  • Crecer en un hogar con padres o hermanos muy exitosos puede causar que los individuos busquen estar a la altura de lo que se les exige como miembros de la familia.
  • La poca tolerancia al fracaso puede causar que alguien intente compensar de manera exagerada su miedo al fracaso.
  • La sociedad altamente competitiva en la que vivimos puede causar que la gente se obsesione por la perfección para conseguir buenos resultados y destacar por encima de los demás.

Una persona altamente perfeccionista puede crear tensión constante y provocar una eterna insatisfacción por todo lo que hace. Esto te puede causar que acabes sufriendo en tu día a día. ¿Cómo te afecta?

  • Autoestima baja. Los perfeccionistas nunca se sienten satisfechos por los logros conseguidos, los sentimientos de fracaso pueden llevar al desarrollo de una autoestima baja. Las creencias de fracaso pueden llevar al desarrollo de una autoestima baja. Las creencias de fracaso sobre sus éxitos no son realistas: cuando una persona sufre un trastorno perfeccionista, puede realizar tareas con un alto grado de excelencia, pero su percepción irracional le hace creer que su trabajo no ha estado a la altura a pesar de los elogios de los demás.
  • La culpa. La persona perfeccionista nunca se siente bien con lo que realiza, piensa que nunca ha conseguido sus objetivos. Por tanto, la auto-recriminación y la culpa son habituales por pensar que no ha cumplido sus expectativas.
  • Pesimismo. La persona perfeccionista se marca objetivos muy elevados y no reconoce sus propios logros, su visión sobre los objetivos es pesimista. Esto le obliga a pelear sin cesar por conseguir las metas, pero no disfruta del momento, pues su nivel de exigencia le causa excesiva tensión.
  • Depresión. El perfeccionista necesita siempre ser perfecto, pero eso es imposible de conseguir en todas las situaciones. La depresión puede ser la causante del perfeccionismo en algunas ocasiones, pero las consecuencias negativas de ser perfeccionista también pueden deprimir a la persona que sufre perfeccionismo.
  • Rigidez. Querer hacerlo todo perfecto perfecto lleva al perfeccionista a ser a una persona rígida, no espontánea e inflexible.
  • Obsesión. Son personas que tienen muchas dificultades para disfrutar del día a día, pues siempre están preocupados por la perfección.

¡NADIE ES PERFECTO! La perfección aparece cuando aceptamos la imperfección.
Adquiere el habito de pasar a la acción.

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