Entre tantas responsabilidades, muchas veces terminamos por olvidarnos de nosotros mismos. Y esta es la mejor garantía de una vida vacía y triste.
Entonces, ¿Qué estas esperando para saber si te encuentras en esta situación?
¿Te cuesta dormir bien por las noches?
¿Has subido de peso?
Últimamente has vivido entre frituras, dulces y otras deliciosas porquerías. Y tu balanza no miente… los efectos de estas decisiones alimenticias son PESADOS.
Pues, será mejor que comiences a reconsiderar la dieta que estás llevando y, ¡no precisamente por una cuestión estética!
El sobrepeso es la puerta de entrada de un sinfín de enfermedades, entre las que se destacan las afecciones cardíacas y la diabetes tipo 2.

ÉSTOS SON TUS SIGUIENTES PASOS
Léelos atentamente y descubre mis recomendaciones

No te cuidas como es debido y has subido de peso
Estás siempre triste
Sientes un vacío tremendo, hace tiempo que no sueltas una carcajada…
He aquí una señal de que te has pasado por alto.
¡No permitas que el tiempo se te escurra en este estado!
Lo normal es estar bien.
Aventúrate en el mundo de la meditación. Esta práctica te ayudará a aquietar tu diarrea mental, a tener más control sobre pensamientos para así poder evitar todos aquellos que se están llevando tu alegría de vivir.
Es urgente y necesario, tener motivaciones. ¿Hay cosas que te motivan, que te empujan? ¿Tienes deseos, anhelos, ambiciones, expectativas? Si encuentras que no tienes ningún objetivo, por pequeño que sea, es probable que la tristeza se instale en tu vida, aunque no vivas situaciones conflictivas.
Probablemente acabes dándote cuenta de que la situación habitual es precisamente la contraria: cuando empieces a moverte en dirección a lo que deseas, quizá empieces a tener algunos problemas. Y bienvenidos serán.
Dependes mucho de otras personas para hacer tus tareas o cualquier otra actividad
Cuando tienes una autoestima baja y la sumas a sentimientos de poco valor como persona, inseguridad y un tremendo sentimiento de soledad e incomprensión, tus necesidades nunca quedan completamente satisfechas.
También se da cuando dejas de pensar en ti mismo/a y dependes de lo que diga el otro.
Cuando tienes baja la autoestima, sientes que nunca eres lo suficientemente bueno; tienes miedo permanente al rechazo; te sientes hasta cierto punto avergonzado de ti mismo y tienes una gran cantidad de “deberías” dentro…
En fin, vives teniendo miedo a que los demás no te quieran ni te acepten, por lo que haces o decides; pasas tu vida haciendo una gran cantidad de cosas por ser aceptado por los demás; sobre todo, por aquellas personas en quienes te has depositado.
Cuando te atrevas a ser tú mismo podrás disfrutar el hecho de ejercer tu poder de pensar, sentir y actuar de acuerdo a lo que quieres y necesitas y NO a lo que crees que los demás quieren y necesitan de ti; entonces te llenarás de paz y empezarás, por primera vez, a amar y a sentirte amado.
Sin duda no es fácil, pero ¿acaso no vale la pena tomar el riesgo, dejar de escapar y negarte con tal de recuperarte a ti mismo/a?
Sólo tú puedes tomar la decisión: DECÍDETE POR TI.