Son muchos los motivos que llevan a una persona a iniciar un emprendimiento propio. Desde el desempleo hasta la insatisfacción con el trabajo actual, el deseo de ser propio jefe lleva a mucha gente a tomar esta decisión. Pero para tener éxito en los negocios la motivación no es suficiente
En un mercado tan competitivo, muchas empresas tienen una muerte precoz, por la falta de organización financiera y de otros conocimientos relacionados a la gestión de un emprendimiento.
Paciencia y disciplina infinitas son las actitudes más rentables.
También te sugiero empezar en pequeño, invirtiendo poco dinero, pero mucho talento y creatividad, porque sé que al principio se cometen errores.
La clave, como siempre y en todo, está en amar y disfrutar el proceso. Si las metas son importantes, el proceso aún lo, es más. El gran regalo de la vida es en quien te conviertes mientras persigues tus metas. Con el dinero sucede igual, consigues más si no te enfocas en hacer dinero, sino en disfrutar mientras sirves a personas. Si lo planteas así, ten por seguro que el dinero llegará sólo.
El secreto para conseguir dinero no es perseguir el dinero.
Cuando no necesitas dinero de un modo apremiante es mucho más sencillo crear abundancia.
El dinero ama a quien ama el proceso, no a quien ama el resultado. Lo primero es la causa y lo segundo el efecto.
Haz que los clientes vengan a ti, no ir detrás de ellos.

ÉSTOS SON TUS SIGUIENTES PASOS
Léelos atentamente y descubre mis recomendaciones

No consigues tener más éxito con tu negocio
Tienes muchas ideas pero se quedan en eso, en ideas
Generalmente vamos a cometer errores, y no está mal si aprendemos de ellos.
También hay que saber que por experiencia de otras personas que han llegado alto, podemos evitar algunos errores menores y otros mayores.
Uno de los mayores inventores y emprendedores que ha dado la historia, Thomas A. Edison dijo: “La genialidad es un 1% de inspiración y un 99% de transpiración”.
Cuando se refería a sudor, trabajo…
Me encuentro con personas que siempre dicen tener ideas brillantes y nunca las terminan poniendo en práctica o si lo hacen luego nos son consistentes.
Puedes tener las ideas más brillantes del mundo que, si no tomas acción para darles forma, no sirven de nada.