El origen de estas pautas proviene de la infancia y a la necesidad de recibir aprobación, cariño, reconocimiento, en el fondo de sentirse y saberse queridos.
Pero ya te habrás dado cuenta que cuando más complaciente eres, cuanto más tratas de cuidar, de motivar, de proteger, menos amor y gratitud recibes.
De hecho, el proceso suele ser proporcionalmente inverso.
El amor, como con todo, debe entregarse a quién lo merece y a quién lo va a valorar. Si no es el caso, ese amor que tienes entrégatelo a ti, pero no lo desperdicies con quien elige sentirse superior haciéndote sentir débil por tu necesidad de dar.
Si tú consideras que estás dando mucho y no recibes nada o muy poco, es que algo estás haciendo mal y lo que haces es justamente sentir la carencia, la necesidad, la escasez.
El mensaje que estás enviando es: lléname, estoy vacío, necesito que me quieras para sentirme alguien.
No mendigues amor. Enfócate en ti.

ÉSTOS SON TUS SIGUIENTES PASOS
Léelos atentamente y descubre mis recomendaciones

Sientes que das más de lo que recibes
Te angustias si una amistad no te responde a llamadas o mensajes
La necesidad por obtener respuesta, contestación e interacción a nuestros mensajes es casi la misma que experimenta un adicto.
Malentendidos, discusiones, estrés, insomnio, bajo rendimiento en el estudio o el trabajo…
Estar pendiente si te contestan o no son síntomas de tener una vida muy aburrida, piensa realmente si a ti te gustaría estar con personas que no tengan nada que hacer que solo mirar el teléfono, o te atraer una persona que tiene una vida entretenida y llena de emociones.
¿Qué tal si en vez de esperar a que los demás te contesten empiezas a llenarte de actividades que te apasionen y quien se quiera sumar perfecto y el que no déjalo que se lo pase bien? Pero no te quedes esperando a que te contesten para empezar a tener ese estilo de vida. Aprende a que no te afecte lo que los demás te digan o hagan.
Trabaja el DESAPEGO. Eleva tu nivel de conciencia y enfócate en ti.